¿Sabías que el estrés y el no expresar nuestros sentimientos puede derivar en la aparición de tortícolis? Practica técnicas de relajación y estiramientos para evitarlo
La tortícolis es una afección asociada con un movimiento brusco o una mala postura, en la cual los músculos del cuello se quedan rígidos y no permiten que la cabeza no se pueda voltear hacia uno de los lados.
Etimológicamente el término tortícolis viene del francés y significa “dolor de los músculos del cuello”.
El sufrir de este trastorno disminuye la calidad de vida de la persona, ya que en gran parte de los casos impide el movimiento normal del cuerpo y puede tardar incluso días en recuperarse.
¿Cuáles son los síntomas de la tortícolis?
Detectar una tortícolis es muy simple para los pacientes y los médicos, pues sus síntomas son evidentes. Estos incluyen:
- Dolor cervical.
- Movimiento limitado en la zona del cuello.
- Cefaleas.
- Rigidez del músculo esternocleidomastoideo.
- Postura anormal de la cabeza.
La tortícolis y las emociones
A nivel general se conocen dos causas de esta afección:
- Hereditaria: Cuando el paciente tiene antecedentes familiares.
- Adquirida: Como producto de una lesión muscular derivada de una mala postura o movimiento brusco.
No obstante, desde hace poco se viene reconociendo que podría haber unarelación entre ciertas emociones y la aparición de esta afección.
Cuando una persona tiene dificultades para manifestar sus sentimientos de tipo negativo, los está reprimiendo y está creando un estrés emocional que se puede manifestar de múltiples formas, tanto a nivel emocional como en lo físico.
Al provocar una tensión muscular, el cuello es una de las partes más afectadas al perder su flexibilidad y movimiento.
Por tal motivo, desde hace algún tiempo se viene haciendo hincapié en que los pacientes expresen todo lo que sienten mediante el diálogo, porque la acumulación puede resultar perjudicial para todo el cuerpo.
¿Cómo prevenir la tortícolis?
Teniendo en cuenta que esta patología se produce en su mayoría por malas posturas, se aconseja tener un cuidado especial en aquellas situaciones que puedan originarla como, por ejemplo, al pasar mucho tiempo sentados, al usar almohadas altas a la hora de dormir o al hacer movimientos bruscos.
También es importante evitar las situaciones de estrés y tensión como las provocadas por el exceso de trabajo, las discusiones familiares o los problemas de pareja, entre otros.
Poner en práctica alguna técnica de relajación y ejercicios de estiramientos de la zona cervical reduce de forma significativa el peligro en pacientes propensos a padecerla.
¿Qué hacer si ya tengo tortícolis?
El tratamiento general de la tortícolis se basa en la realización de masajes localizados y el consumo de calmantes musculares.
Si se produce en un grado crónico se requiere de atención médica inmediata para darle un tratamiento adecuado.
En los casos más leves se pueden tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Contra la inflamación
Si el cuello luce inflamado una buena terapia consiste en aplicarle hielo con leves masajes. Envolver varios cubos de hielo dentro de un paño o toalla, esperar a que humedezca y frotarlo sobre la zona afectada para disminuir la inflamación.
Medicamentos
Fármacos como la aspirina o el ibuprofeno pueden ayudar a bajar la inflamación y el dolor. No obstante, es importante tomarlos bajo supervisión médica, ya que en algunas personas podría tener efectos secundarios.
Mejorar la postura
Cuando la tortícolis ataca, en lo posible se debe limitar el movimiento del cuello y hombros para no sufrir por movimientos bruscos.
En caso de pasar todo el día frente a una computadora, lo ideal es mantener la espalda recta y el monitor a la altura de la vista.
No olvides leer: Mala postura y sus consecuencias para la salud
Infusión de romero
Esta especia utilizada para realzar el sabor y aroma de los platos también tiene una acción antiinflamatoria que se puede aprovechar en el tratamiento de la tortícolis.
Preparar una taza de infusión de romero y consumirla para aflojar los músculos nerviosos del cuello, disminuyendo la inflamación y calmando el dolor. También se puede hacer un cataplasma aplicándolo de forma directa sobre la zona dolorida.
Ir al fisioterapeuta
Si el dolor provocado por la tortícolis persiste a pesar del paso de los días y de los tratamientos, lo mejor es acudir a un fisioterapeuta para recibir un masajeadecuado que disminuya de manera eficaz el dolor.
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